viernes, 25 de marzo de 2016

House Of Cards: Los creadores del terror.





House of Cards no es sólo una serie sobre política, es una serie en donde se puede apreciar todo el espectro de problemáticas a las que se enfrenta la sociedad en la postmodernidad. Los que hemos apreciado cada una de las temporadas, somos testigos de la forma en que el poder se traduce en el descontrol de las masas por su destino, en contraste con todo el poder manejado por la ambición de un solo individuo. Una ley que, como todas, pretende ser universal, paradójicamente es controlada y manipulada por un individuo que parece estar fuera del alcance de cualquier sanción.

“Esta oficina sólo tiene una silla… y tú lo sabías desde el principio.” Frank Underwood.

No es otra cosa que la decadencia de la democracia frente al ambiente político como una bestial lucha de ambiciones. Lo que nos muestran algunos films sobre negocios, como The Wolf of Wallstreet, sobre el sistema financiero especulativo, es lo mismo que nos muestra House Of Cards sobre la política, a saber, que son aspectos que a final de cuentas se manejan en la irracionalidad y en las emociones de un grupo de individuos y que nos llevan por algún camino a las masas de gente que no sabemos lo que pasa en los acuerdos que se elaboran entre los escritorios, por debajo de estos, en algún archivo secreto de alguna carpeta perdida, en algún disco duro, entre las paredes de un edificio burocrático.
El destino de cientos o miles pendiendo de un hilo y dependiente del acuerdo al que se llegué en alguna llamada a celular de dos individuos y sus intereses.

Soy el vicepresidente de los Estados Unidos y sin un voto a favor. La democracia está sobrevalorada”.  Frank Underwood.

Y se pone peor, logró ser presidente del país más poderoso sin esos votos. Es la idea de la voluntad personal por sobre todas las cosas, la que no sólo es capaz de tener poder por sobre los demás, sin los demás y acosta de los demás; sino aquella que por el simple hecho de poder tenerlo, se legitima tenerlo.

La postmodernidad no es solamente la época del individualismo, del autoritarismo y de la ambición descontrolada que yacen velados tras mentiras de orden… es también época de paradojas. De la desviación y contradicción en los discursos feministas y discusiones sobre género. Mujeres con altos puestos de poder y una ambición que no es menor a la del otro sexo.

Se rudo conmigo Frank… tómame…”

“No Frank… eres tú el que no es suficiente.” Claire Underwood.

La pareja postmoderna, en la que ella aun tambalea entre la costumbre de ser la controlada y el nuevo deseo que le es permitido tras la liberación feminista de ser la controladora. En donde él no sabe cuándo es cuando debe ser un hombre igualitario con el sexo opuesto o cuándo debe ser un controlador machista ¿Claire Underwood no necesita de su esposo? ¿Las mujeres están tomando el poder de la sociedad, al grado de ser ahora las nuevas tiranas? ¿Frank Underwood no necesita de su esposa? ¿Aun los hombres tenemos un poder tiránico sobre el sexo femenino?

En la cuarta temporada la respuesta es una que ignora las preguntas y al mismo tiempo la mejor posible. Ellos simplemente descubren que funcionan bien juntos. Pero no a razón de una igualdad de género. Se debe al simple hecho de que se necesitan para conseguir el poder que desean. Ignoran las preguntas precisamente porque ya dejaron de ser las adecuadas. La tiranía, la libertad, el respeto de un sexo a otro ya no pueden ser reducidos a problemas de género en muchos contextos occidentales, en donde la clase alta, la clase política o la elite ya no son espacios machistas. En estos casos en lo particular, los tiranos son de ambos sexos y las victimas también. Es lo que las sociedades capitalistas de la postmodernidad han hecho con las demandas feministas: Igualdad para dominar, igualdad para competir por puestos burocráticos bien pagados, igualdad para vender y consumir, igualdad para mercantilizar todo aspecto de la vida cotidiana, igualdad para explotar a millones de personas de clases sociales más bajas.

Una vez superadas las diferencias entre los dos protagonistas, surge el tema de moda. Las crisis de oriente expuestas como simples aspectos manipulables para los políticos en Estados Unidos.
Vemos a un matrimonio Underwood intentando luchar por varios flancos. Uno de ellos es la cuestión política sobre la crisis con un equivalente de ISIS. El candidato republicano usa este conflicto para hablar de ese patriotismo heroico en el cual gran parte de los norteamericanos aun cree. Ese candidato republicano que muestra una de las más cómicas y siniestras caras de la vida actual. Representa ese narcisismo que se propaga con el uso de las redes sociales, un candidato completamente mediático, con su vida como espectáculo,  que toma foto y video de todo lo que hace, como todos los jóvenes actualmente; que encarna el modelo “ideal” de ciudadano exitoso, con unos hijos y esposa occidentalmente hermosos, con una vida prospera. Alguien joven y con un espíritu heroico que se alistó en el ejército tras esos atentados “orquestados por el fundamentalismo islámico” el 11 de septiembre.

Ahora el tema sobre el fundamentalismo no gira en torno a las víctimas en Siria, ni a la violencia en todos los países de oriente. Tampoco gira en cuestión ideológica, aunque eso quieran hacer parecer ambos candidatos. Toda su importancia yace en un recurso retórico para la campaña política. En eso queda disminuido. Todas esas personas que sufren de violencia, en una pieza más en el tablero de la ambición de un puñado de personas.

Probablemente no nos traguemos lo expuesto en la serie: Una situación en la cual una declaración de guerra no es más que un capricho desesperado (aunque tampoco debemos de creer que es imposible), pero de alguna manera siempre ha sido así. Quizá no por una campaña moribunda y un riesgo de perder la presidencial, pero sí por acuerdos comerciales o por posos petroleros.

Así es… nosotros no sucumbimos ante el terror. Nosotros creamos el terror.” Frank Underwood.

Y ¿De dónde viene todo ese terror? ¿Cómo es que han surgido tan fuertes organizaciones terroristas? Ya son varias décadas de intervenciones de la OTAN a países de oriente medio. Los gobiernos de Estados Unidos, entre otros, han entrenado, financiado y armado a milicias que son enemigos de sus enemigos y, que a final del día, no suelen ser sus amigos ¿Cómo podría sorprender que tanta gente se una a las ideas del EI, si las incursiones de las potencias occidentales han devastado y bañado de sangre aquellos territorios? Son ellos los que han creado el terrorismo. Es Estados Unidos con sus compañeros europeos los que han generado estás “únicas” opciones que tiene oriente frente a occidente, al no dejar que la soberanía de dichas tierras les permita buscar una organización propia.


No es, probablemente, la pura ambición y capricho de una pareja en la cúspide del poder, pero sí es la ambición y capricho de todo un cartel internacional de corporaciones y gobiernos el que puede mover hilos y ocasionar una guerra. Frank devela una gran verdad en la última escena de la temporada cuatro. Tras toda esa dramatización y victimización, tras todos esos discursos emotivos salidos de heridas dejadas por atentados en USA, en Francia, en Bélgica; tras una aparente fragilidad, miedo y “dolor” de los gobiernos, existe algo claro: Es una mentira, ellos no tienen dolor ni miedo, ni se acongojan por las muertes y los atentados, ellos simplemente no sucumben al terror, ellos son los que lo crean. 

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