martes, 4 de agosto de 2015

Lost Highway – David Lynch. Oscuridad Develada y Pornografía.

Spoiler Alert!

No es difícil ver reflejada la figura del cineasta en el personaje más extraño de este oscuro film con todas las marcas y referencias de un film lynchiano. El hombre misterioso, quien pareciera ser uno de los dos villanos en la película, es un elemento que individualmente merece ser analizado.

Fred, el protagonista/protagonistas, menciona al inicio del film, que no le agradan las cámaras. Prefiere recordar las cosas “a su manera”. De alguna forma, y aunque en todo arte se muestre una visión desde la subjetividad del artista, también puede considerarse como cierto que el cineasta pretende mostrar una “realidad”. Pero debemos concentrarnos más en la figura de un solo cineasta por el momento:  David Lynch. ¿No es acaso este el camino por donde nos conduce en todos sus films? ¿No muestra, a su manera y con todos los elementos extraños y divergentes, una “realidad” oscura detrás de una fachada armónica y organizada?
Tras la personalidad de Fred, un músico de Jazz, hundido en una relación moribunda, se encuentra una fuerza oscura, con fuertes pulsiones violentas. Esa es la oscura “realidad” tras la fachada moral de todo ser humano y que Lynch propone develar. Así como Fred tiene a su alter-ego Pete, no es descabellado afirmar que podemos encontrar el alter-ego de Lynch en el hombre misterioso.

¿Dónde piensa usted que nos conocimos?

¿No lo recuerda? En su casa. “



El hombre misterioso es una parte de la psique del protagonista, por eso “siempre está en casa” y por eso siempre es invitado por el protagonista. Una vez que Fred se convierte en Pete y genera toda una nueva realidad “ideal” en la que sus problemas de impotencia y control sobre su mujer son puestos de cabeza (incluso detesta ahora la música Jazz), siendo ahora un conquistador promiscuo y con Alice/Renee a sus pies, el hombre misterioso vuelve aparecer. Al principio el hombre misterioso rompe el velo rompiendo la subjetividad de Fred mediante la visión “objetiva” de la cámara. Le muestra esa oscura y violenta “realidad” humana que yace pasiva dentro de él, que explota tras sentir el rechazo o lástima de su mujer y que conlleva a un asesinato sanguinario. La desesperación de Fred genera en su metamorfosis a Pete y al término del film el velo se rompe cuando Alice/Renee le dice al oído a Fred/Pete “Nunca me tendrás”. La decepción e impotencia regresan a Pete y rompen ese mundo idealizado en donde posee el control y entonces vuelve a convertirse en Fred. En este momento el hombre misterioso hace su aparición una vez más.

“¿Dónde está ella?
Ella ¿Quién?
Renee
Su nombre no es Renee! Su nombre es Alice!

Dime ¿Cuál es tu nombre?” 

Cuando el hombre misterioso hace esta última pregunta y coloca su cámara (visión objetiva, apuntando al espectador, en un juego de miradas) en su rostro y luego persigue a Fred, quien parece incomodado y parece huir de la anterior interrogante, lo que hace realmente es preguntarle a Fred por esa “realidad” e invitarlo a volver a ella. Cuando Lynch nos propone sus rarezas y su inconfundible discurso imaginativo, la pregunta que nos hace es: ¿Cómo son las cosas realmente? Y la respuesta que nos ofrece al tiempo, es una incómoda y oscura: Un vagabundo tras una cafetería, unos insectos debajo del pasto verde o un mundo violento tras un pintoresco pueblo.

Las diferencias entre los dos villanos no son pocas. Por una parte tenemos a Mr. Eddy, quien representa la fuerza autoritaria, el poderío, el falo. El mafioso es un productor de pornografía, un obsesionado con el orden en el tráfico y con el excelente funcionamiento de su auto. Por otra parte tenemos al hombre misterioso, que si bien aparece junto al fálico Mr. Eddy, “atormentando” a Fred/Pete, aparece luego ayudando a Fred, una vez que este parece aceptar su lado oscuro violento y termina con Mr. Eddy. Pero quien da el tiro de muerte a Mr. Eddy es el propio hombre misterioso. Una vez aceptada esa realidad oscura que yace dentro de él, Fred encuentra en el hombre misterioso ya no más un enemigo, sino un aliado.

Antes de que el hombre misterioso dispare al villano mafioso, este le muestra las escenas del film pornográfico. Pero no le muestra exactamente las escenas en donde aparece Renee, le muestra escenas generales. ¿No es acaso en este intento de mostrar la “realidad” del acto sexual en donde fracasa la pornografía? ¿No es la pornografía una invitación a la violencia sexual y una alabanza a esa figura fálica como poder en el hombre quien puede disponer de la mujer como objeto y al mismo tiempo el rechazo de la impotencia o la fragilidad masculina contra las cuales lucha el protagonista? Por eso es que en la idealización del mundo de Pete, Fred atribuye la “caída” de su mujer a la industria de la pornografía. Por último, el hombre misterioso le dispara a Dick Laurent, matándolo. Es la manera lynchiana de protestar contra el fracaso de la pornografía como algo que devele una realidad.


El hombre misterioso sigue siendo un villano, pero el villano que Lynch decide hacer triunfar. En una película que se mueve dentro de una realidad lineal y una realidad confusa, onírica o una realidad bucle y dos tipo de villanos: el mafioso clásico del cine negro o el hombre con la cámara, digno de un universo lynchiano, el cual triunfa al final. Por eso es que al inicio y al final la frase “Dick Laurent está muerto” se encuentra presente, como presagio de una manera de contar una historia.  Ese lado de la historia confuso que devela aquello oscuro que se oculta en la realidad y que Lynch muestra en toda su filmografía, esa exposición incomoda y tensa de la realidad detrás de lo conceptualizado y lo lineal, ese estilo de hacer cine es el que triunfa. Pues bien afirma Lacan que el contacto con lo real es un suceso traumático. 

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