Es bien sabido que Hideaki Anno usó la teoría psicoanalítica
para construir Evangelion. También es común ver en otros artículos, por
internet, que los personajes de Asuka y Rei son representaciones de Lilit y Eva
respectivamente. Pero, ¿a qué se debe esto? No es tan simple como decir que
Shinji (Adán) tuviera una relación difícil con Asuka y que con Rei sería con
quien llevaría la fiesta en paz.
¿Por qué Eva es creada a partir de la costilla del varón? Si
tomamos en cuenta que la Biblia es una serie de alegorías, ¿qué debemos
interpretar de este acto de Dios? Anno, con la ayuda de Freud (es decir,
jugando con la teoría psicoanalítica y la simbología religiosa), nos propone
algo interesante.
Rei tiene un papel fundamental en el desarrollo de la
aclamada animación. Es quien hace ver con mayor claridad el conflicto edípico
de Shinji. Rei es prácticamente un recipiente vacío, una copia de una serie de recipientes
creados a partir de la madre del protagonista. Vacíos de subjetividad. Cada
nueva copia de Rei se enfrenta con la confusión de no saber quién es, de no
conocerse, de no tener una identidad. Pensemos en la sociedad machista de
Japón, en la manera en que Shinji recuerda a su propia madre gracias a Rei, pensemos
en la idealización masculina de la mujer, en la sumisión de la mujer que acepta
y acata esa idealización o en la influencia que puede causar la figura materna
en dicha idealización. Ser objeto de deseo y nada más, para que el varón no se
enfrente al “shock” de ella como sujeto
de deseo, que contenga una subjetividad independiente de los deseos de él, que
prescinda de ellos.
En un principio, Rei (como proyección de la madre) representa
el objeto de deseo de Shinji y los celos y odio hacia su padre. Pero también
representa la autoridad que legitima o respalda la autoridad paterna. Ella es
sumisa con el padre, como luego parece serlo con Shinji (en Evangelion 2.22),
pero principalmente, como Shinji desearía que lo fuera. El protagonista
idealiza a Rei y le recuerda a la madre. Y no se equivoca, ella, como la
idealización de la mujer, fue creada a partir de la madre.
En la tradición judía, Lilit fue la primera mujer de Adán.
Entre ellos dos hay un inevitable y doloroso conflicto que termina con la huida
de Lilit, quien pasa a ser un ente maligno que no entregó su sexualidad a un
solo varón y fornicó con los demonios. La biblia omite esto. De inmediato Eva
es creada “para Adán” y a partir de él. De la misma manera en que Eva es creada
a partir de la costilla y la mujer idealizada (creada) por el hombre, Rei es
sólo un fantasma de la madre, una fantasía de él. Es la manera en que Anno
encarna la idealización masculina: La mujer idealizada a partir de la madre, es
la mujer sin subjetividad, la fantasía del varón.
Por otra parte, tenemos el personaje de Asuka. Que representa
la visión fría, competitiva e individualista proveniente de occidente (ella
viene de Alemania). Es la perfecta contraparte de Shinji, precisamente porque
le aquejan traumas infantiles un tanto similares. Pero mientras que ella es una
adolescente occidental, militar, decidida, calculadora, independiente y
orgullosa, Shinji, por su parte, es tímido, débil, inseguro, depresivo y busca
la aceptación de los demás (sobre todo la de la figura paterna). Es el
desprecio y el conjunto de sus características lo que hace que Shinji se sienta
confundido con su presencia. Entre ellos hay una atracción y un conflicto
constante. Amor y odio. Asuka es la representación de Lilit, pues es la mujer
que el varón no puede someter. La mujer con subjetividad. La mujer como un
total otro. La mujer real con cuya subjetividad no sabe cómo actuar el hombre,
la que transgrede las fantasías y deseos del hombre.
Es por ello que Shinji suplica por su ayuda, por su cariño.
Pero al sentir el despreció, no le queda otra cosa que el deseo de aniquilarla,
de ahorcarla. En la mitología, es desterrada con los demonios y se le convierte
en uno. Se sataniza su libertad sexual. Rei se une a Lilith (el personaje en la
serie) sólo hasta que se revela a la autoridad paterna. “Yo no soy tu juguete” son las palabras de Rei al padre de Shinji.
En ese momento se une con la crucificada.
La última parte de la película The End Of Evangelion, no se trata sólo de la decisión de Shinji
entre la vida o la muerte, entre Eros y Tánatos, es, también y por lo tanto, la
decisión entre quedarse en su egocentrismo o soportar las heridas de las
espinas de los otros sujetos, del sufrimiento producto de la relación con los
otros.
“¿Quieres ser uno
conmigo?”
En pocas palabras, es completamente consecuente que, tras
renunciar al proyecto de
instrumentalización humana (convertirse todos en uno, regresar a la nada, a
lo muerto, perder el principio de individuación), despierte a un lado de Asuka
y no de Rei. Despiertan enfrente de ese mar de líquido naranja que durante toda
la historia representa al líquido amniótico de la placenta, ese mar del origen
de la vida, como único hombre y única mujer. A lo lejos, Rei tiene una aparición
espectral, fantasmagórica, como en el inicio de la serie. Es el fantasma de
Eva. A pesar de que Shingi escogió los pesares de lidiar con la otredad, aun ve
a sus fantasmas y, luego, mira a la mujer real, y le vuelve ahorcar, impotente.
Él se detiene. Pero como podemos ver en la tradición occidental, Lilit nunca
regresó del destierro y en el génesis bíblico, la mujer real nunca existió.
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