Regresar al mundo de Stranger
Things y a sus personajes es también regresar al momento de crisis. Ahora
también cicatrizado como trauma. Pero no se queda habitando en el pasado.
Tampoco en una dimensión lovecraftiana. Se descubre que está bajo tierra, por
todas partes, detrás de las armoniosas fachadas, como fingir ser un par de adolescentes bobos por una noche o, si se
prefiere, en las enredaderas
inconscientes. Hay algo habitando debajo de esas mentes cuyos abismos sirven
para comunicarse con otras realidades. La realidad debajo de la tierra, el fondo del mundo, es también nuestro
fondo. Pues nosotros no conocemos el mundo como espectadores sino como actores.
Cuando escribí un artículo por
motivo de la primera temporada ( https://steemit.com/philosophy/@postabismos/stranger-things-el-monstruo-de-lo-tradicional ) el cual recomiendo leer antes
para entender algunas de mis pretensiones presentes, me dediqué a señalar la
crisis. El irrumpimiento del monstruo era esa crisis, algo extraño al orden de
un poblado tradicional. Ahora encontramos que el orden es fachada, cuando se
devela la oscuridad que yace detrás de esa fachada, es cuando se presenta lo
ominoso. Pasa de ser un tema social o político a uno ontológico.
Lo primero que habría de señalar
es el horror lovecraftiano que impregna a la temporada. El nuevo enemigo, cuya
representación nos recuerda sin duda a los horrores cósmicos de H.P.Lovecraft, bien
podría tratarse de un ser similar a Nyarlathotep o Yog-Sothoth. Pero ese
infierno necesita sus cancerberos. Esos perros con algo de parásito, reptil y
demoniaco, nos recuerdan sin duda a Los
Perros de Tindalos creados para la obra de Los Mitos de Cthulhu
por Frank Belknap Long, uno de los
integrantes del Círculo de Lovecraft. En ambos casos, perros provenientes de
dimensiones ajenas.
Es fácil inclinarse por profundizar y teorizar sobre una realidad
multidimensional. Pero me parece mejor interpretar esa otra dimensión como la
única realidad. La monstruosidad ajena a todo lo humano, esa que habita del
otro lado, parece ser un buen ejemplo de una voluntad ciega y violenta, eso
Real que se oculta tras la belleza del mundo. ¿Qué pasaría si Will no fue
poseído por ella, sino que la dejó entrar o, mejor aún, la dejó salir de su
propio interior? ¿Qué pasa si el genio artista, el pintor del romanticismo, no
fuera poseído por un impulso sublime y natural de inspiración, sino que este
más bien fuera el punto de algún grado de liberación de la voluntad ciega del
mundo de la que nos habló Schopenhauer? ¿No encontramos acaso en Will el
ejemplo del artista? No habría manera de distinguir entre el genio inspirado
por sus sueños y Will a la hora de crear una representación sobre esas hojas de
papel.
El punto clave de la serie es que igualmente tratan de huir de ello, tal
como vimos en la primera temporada. Pero
Will se para frente a lo ominoso y lo enfrenta. Por supuesto, en la serie nos
lo muestran como víctima, pero bien podríamos decir que además de horror sintió
fascinación. Su experiencia fue más allá de la experiencia de lo sublime en donde el entendimiento humano
queda superado. Una vez que la oscuridad entra en él, la inspiración le hace
dibujar el verdadero horror detrás de las cosas, debajo de la tierra, el mapa
que no se ve, pero que crece por toda la realidad. Las raíces o enredaderas de
la naturaleza que crece en su impulso ciego. Como el impulso ciego que domina a
Will y le hace perder su principio de individuación para ser parte del todo, o
de la mente enjambre de la
monstruosidad.
¿Quién es el mago? Siguiendo algunos arquetipos podemos decir que es
quién nos hace soñar. Algunas veces asociado con el hombre de arena o Morfeo,
algunas otras con el payaso que salta
entre las dos realidades. En nuestra serie se asocia a Once, en la analogía de
nuestros héroes infantiles con el personaje de su juego, además de que ella brinca
también entre los dos mundos. Pero en la segunda temporada surge el personaje
de Ocho, quien encaja mejor a la hora de referirnos al mago como aquel que nos
hace soñar. A diferencia de Once, el poder de Ocho no tiene un efecto directo en
la realidad, sino en la psique de los individuos. Es interesante ver que
mientras que el numero 8 está asociado con la noche, las justicia y el
equilibrio, el número 11 está relacionado a la fuerza de voluntad individual. Algo
sin duda que se refleja en los ideales políticos de ambas. Para Ocho es más
importante la repartición de justicia, mientras que para Once es más importante
la compasión y la emotividad personal, dejar las cosas por la paz. Es decir,
huir de la crisis, como es el desenlace de la primera temporada. Sin embargo,
respecto a sus poderes, Once es quien tiene un efecto directo con la realidad
que es la fachada, mientras que Ocho crea nuevas capas de esa fachada, lo que
podemos relacionar inmediatamente con la pregunta constante de qué pasaría si
la realidad entera fuera una ilusión, la delgada línea entre el sueño y la
vigilia que es a lo que siempre quiere llamar nuestra atención el mago. Once
supone, pues, que la realidad está ahí, está segura de eso y no hace más que
manipularla, pero Ocho sabe que la realidad puede ser presentada al antojo.
Es por esto que Once es quien tiene que cerrar el portal que nos conecta
con el fondo del mundo. Porque tiene que mantener la creencia de que el mundo
que habita junto con sus amigos, es el único mundo posible. Cierra la entrada a
la madre, esa entrada que dejó atrás al nacer, justo después de re-encontrarse
con su madre biológica.
El otro lado de la realidad, esa otra dimensión oscura, puede ser
interpretada como la manifestación de la pulsión de muerte, del impulso a
regresar al vientre. No me parece gratuito el parecido que hay entre varias
entradas a la otra dimensión y el órgano femenino. Incluso hay una escena en
donde parece que Once está saliendo del parto, con su cuerpo lleno de fluidos
pegajosos.
Once entonces quiere escapar de ahí y quiere que ese horror no se mezcle
con lo bello del Velo de Maya. Mientras que intentan
hacer que Will regrese a su principio de individuación, a un estado de conciencia
individual y no a un Todo en donde la individualidad y la diferencia se
pierden. Podemos decir que Will se encuentra en un estado dionisiaco, haciendo
alusión al joven Nietzsche de El Origen
de la Tragedia, que aun se encontraba influido por las ideas de Schopenhauer.
Por otra parte, los terrores de la primera temporada siguen presentes:
los rusos, el peligroso avance de la ciencia, el bosque. En el bosque habita
Once (El Mago) o, mejor dicho, nuestra Bruja. El inhóspito bosque ajeno a la
tranquila vida del pueblo. Once es la bruja no sólo por su analogía con el
juego de sus amigos o su habitar ajeno a la civilización dentro de una choza en
el bosque, es también la mujer que se revela ante la idea de estar guardada en
el hogar. Conflicto que sirve también como reminiscencia del trauma del
cautiverio al que se vio forzada debido a la autoridad del padre. Cautiverio que
se repite ahora con una nueva figura paterna, bajo el supuesto de que la mujer
es algo que tiene que ser cuidado y protegido. Por medio de esta nueva figura
paterna, tiene una reconciliación con el padre al final, de la misma forma en
que puede decir adiós a la madre por medio de su viaje y poder cerrar así las
puertas de la pulsión de muerte. Algo parecido a una película hermana en
espíritu como lo es Super 8, en donde
el protagonista tiene un desarrollo similar. Probablemente un mejor ejemplo de
esto es el final de Evangelion.
Por último, tras hacer todo este recorrido por distintos símbolos e ideas
expuestas en la serie, no queda más que concluir que esa otra dimensión es
realmente el trasfondo de la realidad en un sentido ontológico y psicológico. Todas
las manifestaciones del horror en la cultura tienen una explicación similar. El
horror es siempre aquello que rompe las ilusiones de los personajes o de una
sociedad, desde el horror cósmico de Lovecraft, hasta el fondo del mundo y la
pulsión de muerte que debemos a Freud. Queda también la misma conclusión que el
artículo de la primera temporada: una pequeña comunidad conservadora siempre
tratará de borrar del mapa ese conflicto o crisis para regresar a la
normalidad. Pero el hecho de que esa realidad oscura siempre se encuentre ahí,
dará lugar no sólo para muchas otras temporadas que inflarán bolsillos, sino a
muchas otras historias de horror y de manifestaciones de aquello que no podamos
entender.